Reforma a la Ley 789 de 2002, entre el cinismo y la falacia
Lo que estamos reclamando los trabajadores es que nos devuelvan los derechos. Que los recargos nocturnos sean reconocidos desde las 6 de la tarde y no como fueron aprobados y que de igual forma los dominicales y festivos laborados recuperen el 25% perdido.
Una de las
intenciones y proclamas de la ley 789 decretada el 27 de diciembre del año 2002
fue supuestamente para incentivar la creación de empleo y ampliar la protección
social mediante el abaratamiento de la mano de obra, pero la realidad fue otra
muy distinta. Es el caso por ejemplo de lo sucedido con la eliminación de buena
parte del recargo nocturno, puesto que se dispuso que este sólo procede después
de las 10 de la noche, lo que le concedió al empleado reducir sus ingresos por concepto de horas extras y recargos nocturnos.
Lo que ha
ocurrido con ello, es que las empresas exigen a sus trabajadores a laborar más
horas extras y con ello evadir la contratación de nuevos empleados, puesto que
sale más barato y principalmente cuando muchas empresas eluden la carga
prestaciones correspondiente al trabajo extra, y en el peor de los casos ni
siquiera les pagan a sus obreros el tiempo extra que laboran.
Al hacer
más económico el trabajo nocturno y extra, las empresas meramente eligen por
exigir más horas extras a sus trabajadores en lugar de contratar más empleados,
con lo que se consigue el efecto contrario. ¿Para qué contratar nuevos
empleados si podemos obligar a los mismos a que hagan el trabajo adicional por
un valor igual o menor?
¿Qué perdimos los trabajadores?
Como consecuencia de lo anterior los trabajadores perdimos 4 horas de
recargo nocturno. Este sacrificio significó para los empleadores una importante
disminución del valor de la nómina.
En concreto, el perjuicio para los trabajadores consistió en:
a. Dejamos de recibir el
recargo del 35% correspondiente a las horas comprendidas entre las 6:00 de la
tarde y las 10:00 de la noche.
b. Las horas extras
laboradas entre las 6:00 de la tarde y las 10.00 de la noche dejaron de ser
horas extras nocturnas y pasaron a ser horas extras diurnas, por tanto, dejó de
remunerarse con el 175% y pasaron a pagarnos con el 125%
c. El trabajo ordinario
ejecutado los domingos y festivos entre las 6:00 de la tarde y las 10:00 de la
noche dejó de ser remunerado con el 210% y pasó a que nos pagaran con el 175%
d. Las horas extras
laboradas los domingos y festivos entre las 6:00 de la tarde y las 10:00 de la
noche dejó de pagarse con el 250% y pasó a que nos pagaran con el 200%.
Pero eso no
es todo, se redujo también para los trabajadores el valor de las cesantías, los
intereses sobre las cesantías, la prima de servicios, las indemnizaciones, y
todos los demás conceptos que se liquidan con base en los factores
constitutivos de salario.
Ante el
cinismo y los comentarios del hoy senador Uribe Vélez, la clase obrera consciente
aún nos preguntamos: ¿Cuál fue el aumento significativo de empleo?
Fuimos
nosotros, como clase obrera los que perdimos y los únicos sacrificados con este
letal decreto que nos arrebató nuestras conquistas y afecto nuestras
prestaciones sociales. Esta nueva reforma a la ley 789 de 2002 no es más que
una falacia.
Lo que
estamos reclamando los trabajadores es que nos devuelvan los derechos. Que los
recargos nocturnos sean reconocidos desde las 6 de la tarde y no como fueron
aprobados, y que de igual forma los dominicales y festivos recuperen el 25% perdido. No más pañitos de agua tibia...
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