viernes, 16 de junio de 2017

Ley 789 de 2002, entre el cinismo y la falacia

Reforma a la Ley 789 de 2002, entre el cinismo y la falacia


Lo que estamos reclamando los trabajadores es que nos devuelvan los derechos. Que los recargos nocturnos sean reconocidos desde las 6 de la tarde y no como fueron aprobados y que de igual forma los dominicales y festivos laborados recuperen el 25% perdido.

Una de las intenciones y proclamas de la ley 789 decretada el 27 de diciembre del año 2002 fue supuestamente para incentivar la creación de empleo y ampliar la protección social mediante el abaratamiento de la mano de obra, pero la realidad fue otra muy distinta. Es el caso por ejemplo de lo sucedido con la eliminación de buena parte del recargo nocturno, puesto que se dispuso que este sólo procede después de las 10 de la noche, lo que le concedió al empleado reducir sus ingresos por concepto de horas extras y recargos nocturnos.



Lo que ha ocurrido con ello, es que las empresas exigen a sus trabajadores a laborar más horas extras y con ello evadir la contratación de nuevos empleados, puesto que sale más barato y principalmente cuando muchas empresas eluden la carga prestaciones correspondiente al trabajo extra, y en el peor de los casos ni siquiera les pagan a sus obreros el tiempo extra que laboran.

Al hacer más económico el trabajo nocturno y extra, las empresas meramente eligen por exigir más horas extras a sus trabajadores en lugar de contratar más empleados, con lo que se consigue el efecto contrario. ¿Para qué contratar nuevos empleados si podemos obligar a los mismos a que hagan el trabajo adicional por un valor igual o menor?

¿Qué perdimos los trabajadores?

Como consecuencia de lo anterior los trabajadores perdimos 4 horas de recargo nocturno. Este sacrificio significó para los empleadores una importante disminución del valor de la nómina.
En concreto, el perjuicio para los trabajadores consistió en:

a.    Dejamos de recibir el recargo del 35% correspondiente a las horas comprendidas entre las 6:00 de la tarde y las 10:00 de la noche.
b.    Las horas extras laboradas entre las 6:00 de la tarde y las 10.00 de la noche dejaron de ser horas extras nocturnas y pasaron a ser horas extras diurnas, por tanto, dejó de remunerarse con el 175% y pasaron a pagarnos con el 125%
c.     El trabajo ordinario ejecutado los domingos y festivos entre las 6:00 de la tarde y las 10:00 de la noche dejó de ser remunerado con el 210% y pasó a que nos pagaran con el 175%
d.    Las horas extras laboradas los domingos y festivos entre las 6:00 de la tarde y las 10:00 de la noche dejó de pagarse con el 250% y pasó a que nos pagaran con el 200%.

Pero eso no es todo, se redujo también para los trabajadores el valor de las cesantías, los intereses sobre las cesantías, la prima de servicios, las indemnizaciones, y todos los demás conceptos que se liquidan con base en los factores constitutivos de salario.

Ante el cinismo y los comentarios del hoy senador Uribe Vélez, la clase obrera consciente aún nos preguntamos: ¿Cuál fue el aumento significativo de empleo?

Fuimos nosotros, como clase obrera los que perdimos y los únicos sacrificados con este letal decreto que nos arrebató nuestras conquistas y afecto nuestras prestaciones sociales. Esta nueva reforma a la ley 789 de 2002 no es más que una falacia.

Lo que estamos reclamando los trabajadores es que nos devuelvan los derechos. Que los recargos nocturnos sean reconocidos desde las 6 de la tarde y no como fueron aprobados, y que de igual forma los dominicales y festivos recuperen el 25% perdido. No más pañitos de agua tibia...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página.