¿Extinción
de Dominio o Extinción de Los Derechos Laborales, Jurídicos y Constitucionales
de los Colombianos?
En
medio del espeso verdor y del paisaje campestre en la vía que lleva a Panaca,
abandonados a su suerte los más de 31 trabajadores y con el calor de la
fraternidad de los distintos directivos sindicales nacionales se han sostenido con
valor frente a las instalaciones del hotel “Decameron” Las Heliconias desde el
pasado 6 de julio en las afueras del complejo hotelero tras no permitirles
ingresar a laborar.
El
20 de julio de 1.810, se dio el grito de la independencia en nuestro país, y el
pasado 20 de julio de 2016, los trabajadores del Hotel Campestre Las Heliconias
del municipio de Quimbaya, departamento del Quindío, también dieron su propio
grito de independencia.
Por
esta razón, los miembros de la junta directiva sindical nacional de
SINTHOL y en compañía fraternal y
solidaria de otras delegaciones del territorio patrio se llevó a cabo el pasado
20 de julio de 2016, una protesta pacífica, en donde a través de pasacalles,
volantes, publicaciones y megáfonos se elevaron las denuncias de todos estos
valerosos trabajadores que hoy luchan por que les devuelvan sus puestos de
trabajo los cuales fueron arrebatados sin ninguna justa causa legal. Desde
luego que no faltó la elaboración de una acción de tutela por el derecho al
trabajo y de la cual esperamos ansiosos que sea favorable para los intereses de
nuestros compañeros y hermanos de clase.
Después
de más de 206 años del grito de independencia, hoy queda en el ambiente una
usual inquietud: ¿Independencia de qué o de quién? Pero, finalmente es una
independencia que hoy se convierte en un día donde el grito nacional de todo un
pueblo es la liberación del yugo del capital extranjero, ese mismo que hoy los
gobernantes de turno lo llaman inversión extranjera; y es bajo ese nombre que
usan con el que arrasan pueblos, culturas, recursos naturales; el que
despiadadamente acaba con los más mínimos derechos jurídicos, económicos,
políticos y laborales. El mismo capital que día tras día y en confabulación con
los gobernantes de turno, se llevan el patrimonio público y pone a su
disposición reformas a las distintas leyes para darles cierto tinte de
legitimidad y operar con mayor libertad.
Triste suerte fue la que corrió La Posada Alemán, lastimosamente el estado dejo acabar con todo
lo que decomisó y se lo entregó a manera de favor político a secuestres que
como aves de rapiña no solo desmantelaron estas imponentes obras si no que en
vez de procurar un buen uso, las dejaron a su buena suerte y olvido, este es
uno de muchos casos. Pero, contrario a los trabajadores del Hotel Campestre Las
Heliconias de Quimbaya, estos se quedaron a cuenta propia, pasando meses sin
recibir salarios y ninguna remuneración solo con la esperanza de sacar el hotel
a flote y no dejarlo perecer en el olvido.
Por
estas y muchas otras razones, es que hoy no puede ser ajeno para todo el pueblo
colombiano, y en especial para los quimbayunos esta justa protesta de los
trabajadores del Hotel Campestre Las Heliconias, por el que han dado sus vidas,
sus sacrificios, muchas veces sin percibir remuneración alguna, sorteando e
ignorando sus necesidades básicas y que de repente las administraciones y el
mismo capital extranjero quieren con una acción ingrata despedirlos,
arrebatarles su verdadero trabajo por el que se han sacrificado ellos mismos y
sus familias sin reconocerles sus más mínimos derechos, laborales, políticos y
jurídicos contemplados dentro de la legislación colombiana.
Aunque la
Constitución reivindica los derechos humanos, con gran alharaca y bullicio en el DERECHO AL TRABAJO, lo cierto es que las reformas laborales, los
proyectos de ley en curso y las políticas del gobierno van dirigidas a acabar
los derechos adquiridos de los trabajadores, haciendo que el sindicalismo pase
de un estancamiento a un proceso de extinción si no hay correctivos a tiempo.
Esta marcha política y pacífica de un puñado de valientes trabajadores y
trabajadoras del Hotel Campestre Las Heliconias, dejó claro que los
trabajadores aún les queda la dignidad y la valentía a no dejarse pisotear sus
Derechos Laborales y Constitucionales; esta jornada de protesta pacífica –algo extraña y poco común dentro de la
cultura de los quimbayunos- reflejan la intención del Estado y del capital
extranjero –En este caso la Compañía Multinacional Decameron- de exterminar
“física” y organizativamente a los trabajadores lo cual impone nuevos retos a
nuestra organización sindical a perfeccionar formas de acción sindical para poder,
de manera eficaz, confrontar la política neoliberal imperante y defender los
puestos de trabajo.
A nuestros compañeros trabajadores del Hotel Campestre Las Heliconias, todo nuestro apoyo y solidaridad. La lucha por conservar el trabajo y un contrato laboral digno es nuestra bandera de lucha y nos oponemos rotundamente a los mezquinos intereses de las multinacionales que no sólo se roban nuestros recursos naturales y humanos sino que violenta nuestra propia legislación laboral vigente y nos deshumaniza nuestra relación laboral. Por el Derecho al trabajo y los contratos laborales dignos; ¡NI UN PASO ATRÁS!
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