Raúl Eduardo Mahecha

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Impulsor incansable del sindicalismo

Oriundo del Guamo (Tolima) donde nació el 13 de octubre de 1884, en una familia de cinco hijos, siendo el mayor. Con apenas 11 años huyó de su casa, ingresando al ejército a los 15 años. Luchó en la Guerra de los Mil Días (1899 – 1902) del lado del gobierno conservador, bando que ganó la guerra.

En 1903 cuando perdimos Panamá, él integraba el Batallón Colombia, dentro del cual dejó ver su lado anti imperialista, al abandonar el ejército, porque no luchó para impedir la pérdida de ese territorio patrio, contra los EE.UU., trasladándose a Barranquilla, donde integró un grupo que quería defender a Panamá, expedición que fracasó.

En 1904 se residenció en Cartagena, donde se dedicó al comercio, afiliándose a la Sociedad Obrera de Calamar, iniciando su lucha por los trabajadores, siendo ya un autodidacta, después de no haber podido estudiar en una institución educativa. De esa forma fue adquiriendo un bagaje intelectual, que luego uso para convencer a más trabajadores, que era necesario organizarse, para luchar por sus derechos, llegando a editar varios periódicos populares en la imprenta portátil que tenía. Entre esos periódicos estuvieron, El Baluarte (1918), el Luchador (1919 – 1923), Vanguardia Obrera y Germinal. Escribió bajo seudónimos como Modesto Bueno, Han de Islandia y Miguel Strogoff.

Con el estudio fue cambiando su pensamiento ideológico, pasando de conservador a socialdemócrata, y llegar a tener una concepción comunista revolucionaria en la época de los años veinte del siglo XX. Entre 1915 y 1916 vivió en California (EE.UU.), donde se acercó a la agricultura mecanizada, recibiendo influencia del pragmatismo norteamericano.

En 1917 regresó al país, estableciéndose en Medellín, donde por su trabajo periodístico popular tuvo gran influencia entre los trabajadores, llegando a organizar una escuela de acción sindical, donde formó a varios dirigentes. Recorrió varios departamentos por el río Magdalena, agitando a trabajadores de todos los sectores, y contribuyendo a su formación política.

En la Dorada (Caldas) en 1922 asesoró a los trabajadores del ferrocarril en huelga, acompañado de uno de sus alumnos, el abogado Benedicto Uribe. En ese año viajó a Barrancabermeja, convertido en municipio, luego de ser el corregimiento de San Vicente. Allí contribuyó en la formación del Sindicato Unión Obrera, del que fue elegido secretario, organización que antecedió a la Unión Sindical Obrera (USO) con trabajadores de la petrolera, Tropical Oil Company, conocida como la Troco, de propiedad de Jhon D. Rockefeller.

En Barranca acompañó en las elecciones de octubre de 1923 al obrero, candidato al concejo, Florentino García Ortiz, con suplencia de Escolástico Álvarez. El 6 de octubre de 1924 estalló allí una huelga petrolera, a la que invitó no solo a los trabajadores petroleros, sino a los comerciantes, controlando que no se presentaran desmanes, prohibiendo el consumo de licor, organizando una guardia civil, al mismo tiempo que estaba pendiente de la negociación con la empresa, con la que se llegó a un acuerdo parcial. La Troco se comprometió a mejorar los campamentos, y al retiro de algunos jefes. Al terminar la huelga, los trabajadores celebraron haciendo miles de tiros al aire. 

Tras la huelga fue detenido junto a otros líderes, acusados de sedición, heridas, robo y homicidio. Le destruyeron su imprenta.

Su obsesión fue educar políticamente a la gente humilde, para que entendiera que podían defenderse, luchar por sus derechos. Asesorándolos obtenía los recursos necesarios para subsistir.

En 1926 con María Cano e Ignacio Torres Giraldo entre otros, fundaron el Partido Socialista Revolucionario (PSR). En 1927 participó en otra huelga en Barranca, propiciada por el incumplimiento de la Troco, organizando una línea de solidaridad desde Girardot hasta Honda, logrando tener gran parte de la población controlada. La huelga se inició el 5 de enero. El 12 de enero ya había más de 7.000 hombres en huelga, apoyados por los comerciantes. En solidaridad se dieron paros en Bogotá, Neiva, Bucaramanga, Beltrán, Puerto Berrío, La Dorada, Barranquilla, Ambalema y Calamar. La huelga duró hasta el 26 de enero, cuando la Troco inició una grave persecución contra los trabajadores, logrando sacar de Barranca a unos 4.000, ordenándose entonces la detención de Mahecha y los demás líderes, acusados de agitadores. Fueron confinados en el panóptico de Tunja, llegando a ser sometido a la tortura del cepo, permitida por entonces.

Cuando obtuvo la libertad, sin importar que el gobierno y la Troco no querían que fuera a Barranca, fue allí a donde se dirigió, sin poder ingresar, por lo que se dirigió a la zona bananera en el departamento del Magdalena, donde otra multinacional gringa explotaba a los trabajadores, la United Fruit Company. Entonces contribuyó a organizar una huelga bananera, la que fue duramente reprimida, convirtiéndose en el episodio más oscuro contra la clase trabajadora, cuando el 6 de diciembre de 1928 se dio en Ciénaga (Magdalena) se dio la masacre de las bananeras.

Después de la masacre de las bananeras tuvo que huir hacia Barranquilla, escondido en unos bultos de yuca, pasando luego a Cartagena, saliendo del país a Panamá, de donde saltó a Uruguay, Argentina, Francia y la Unión Soviética (URSS). En Buenos Aires participó como delegado del PSR en la I Conferencia Comunista Latinoamericana, donde denunció la ocurrencia de la masacre. También participó en el Congreso Mundial Antiimperialista en París (Francia).

La década de 1930 su lucha decayó, entre otras causas, por los ataques que le dirigieron algunos miembros del naciente Partido Comunista, dejando el mundo sindical, y la vida partidista, continuando su lucha social, como hombre del pueblo que fue, luchando por su pueblo. En 1934 se casó con Filomena Sarmiento, profesora con la que tuvo tres hijos, muriendo a los 56 años el 17 de julio de 1940 en el Barrio Olaya de Bogotá. Su legado hoy se vigente, educar para luchar.

César A. Luque F. 

cesarluque@yahoo.com

@CesarALuqueF